Aditivos alimentarios: Garantizando seguridad, calidad y sabor
Los aditivos alimentarios son sustancias que se añaden intencionadamente a los alimentos para conservar su sabor, realzar su gusto, mejorar su aspecto o mantener su frescura. Desempeñan un papel fundamental en el suministro moderno de alimentos, garantizando la seguridad y la calidad desde la producción hasta el consumo. Todos los aditivos aprobados se someten a rigurosas evaluaciones de seguridad por parte de organismos internacionales como el Codex Alimentarius.
Los aditivos se suelen clasificar según su función:
Conservantes (por ejemplo, el ácido sórbico y los nitritos) previenen el deterioro causado por bacterias, mohos y levaduras.
Antioxidantes (por ejemplo, la vitamina C, los tocoferoles) ralentizan la oxidación y evitan que las grasas y los aceites se enrancien.
Edulcorantes (por ejemplo, aspartamo, stevia) proporcionan dulzor con o sin calorías.
Colorantes (por ejemplo, carotenoides, caramelo) restauran o realzan el atractivo visual de los alimentos.
potenciadores del sabor (por ejemplo, el glutamato monosódico - MSG) intensifican los sabores existentes en los alimentos.
Emulsionantes (por ejemplo, la lecitina) ayudan a mezclar el aceite y el agua, evitando la separación en productos como la mayonesa.
Cuando se utilizan dentro de los límites de seguridad establecidos, estos aditivos son cruciales para mantener la diversidad, la seguridad y la alta calidad de los productos alimenticios de los que dependemos.
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